Vivir el Presente
Estos tiempos que nos ha tocado vivir han supuesto un cambio inesperado en nuestro ritmo de vida que llevábamos antes del confinamiento obligado. A lo largo de estos meses nos hemos ido adaptando mejor o peor a la realidad imperante. Probablemente una de las preguntas más frecuentes que nos hemos hecho internamente o con nuestros allegados ha sido, “¿hasta cuándo durará esto?”. Así que, nos guste o no, nos hemos tenido que acostumbrar a vivir con esta incertidumbre y ver pasar los días del calendario.
En este pasar de los días se nos ha insistido en la importancia de llevar una vida saludable, haciendo deporte en casa o en el exterior, cuando se podía, así como se ha remarcado la relevancia de una buena alimentación y se ha introducido la importancia de contactar con nosotros mismos a través del yoga, la meditación, el mindfulness… Estas últimas muy enfocadas en ser capaces de dejar de pensar y sentir el presente en plenitud.
Y es justo en este aspecto, el presente, sobre el que quisiera hacer alguna reflexión. Podríamos decir que nuestra sociedad no está muy acostumbrada a vivir el presente; tenemos tendencia a estar en el pasado o irnos al futuro.
También es cierto que hay etapas de la vida que lo fomentan. Por ejemplo, los adolescentes que finalizan la secundaria (enseñanza obligatoria) se encuentran con que tienen que decidir sobre su futuro, lo tengan claro o no, y lo mismo podríamos decir de los jóvenes que se presentan a la selectividad. Pero en realidad en todas las etapas de la vida tenemos que ir decidiendo sobre nuestro futuro. Sin embargo, no aprendemos a vivir en el presente y suele ser habitual tener la mirada puesta en proyectos, ya sea vitales, profesionales, sociales, etc.
No lo expongo como una crítica sino como una reflexión respecto a que, sin darnos cuenta, muchas veces nos pasan los segundos, minutos, horas y no tenemos (o experimentamos) una conciencia real de ellos… hasta que llega un momento en cada una de nuestras vidas que nos planteamos la necesidad de parar y valorar el AHORA. Y, en ese sentido, durante esta pandemia hay personas que ya han perdido esa posibilidad porque han fallecido, pero los que estamos aquí podemos decidir cómo queremos vivir nuestro presente.
Me preocupa que much@s chic@s se encuentren teniendo que transitar por esta etapa de su vida sin haber aprendido a vivir en el AHORA, porque precisamente es ahora cuando les toca decidir a qué van a querer dedicarse en un futuro.